martes, 24 de julio de 2012

Gestación de un contra-poder de economía social (bis)

El medio para realizar la Gran Transición hacia una nueva economía y una nueva sociedad será, al final, político. Una coalición de partidos o candidaturas parlamentarias tendrán que ganar unas elecciones en cada país para que los supuestos de la Gran Transición sean convertidos en ley con plena legitimidad democrática.
Es posible que la Gran Transición venga precedida de Pequeñas Transiciones con objetivos más modestos, objetivos que pongan en cuestión los aspectos más sangrantes y dramáticos de los efectos del neoliberalismo. Un ejemplo reciente lo tenemos en el programa electoral de SYRIZA en Grecia. Darán lugar a situaciones necesariamente inestables, precipitando la necesidad de evolucionar hacia la Gran Transición. No nos queremos entretener en este artículo en ese proceso.
En la mayoría de los países, la Gran Transición requerirá un cambio constitucional. En Europa, el proceso difícilmente escapará a una dimensión transnacional. Esas complejidades no las discutimos en este artículo. Habrá que formular un referéndum y ganarlo (ver %ATTAC Spain Rubén Martínez Dalmau - La Revolución Democrática). En España, cada vez más movimientos han iniciado el camino hacia una tal formulación. Democracia 4.0, Unidad Cívica por la República, el movimiento de los municipios que exigen un Proceso Constituyente hacia la Tercera República, el Gobierno de la Republica, Asambleas Ciudadanas Constituyentes, #Constituyentes, las referencias constitucionales de la Economía del Bien Común, La Carta de los Comunes, son todos brotes de un proceso de pensamiento colectivo hacia una enunciación sistemática de una alternativa al sistema.
El grado de madurez de la formulación alternativa está todavía verde. Las elites de pensamiento crítico independiente en España han hecho una muy meritoria labor didáctica de crítica y explicación de los peores síntomas de la crisis global, han formulado algunas “alternativas”, que sin duda supondrían un alivio muy importante, momentáneo, de los síntomas. Pero han estado poco fértiles en proponer una curación radical. La ortodoxia marxista (The New Left Review), aparte de transposiciones de los principios al análisis de la situación actual, mayormente para reafirmar, que como las leyes de Newton, el análisis sigue siendo valido, no ha estado tampoco muy creativa. Hay que buscar en nuevos bancos de ideas para encontrar avances hacia propuestas con unos fundamentos alternativos, como en la New Economics Foundation, la P2P Foundation, ECON4, o en las propuestas antiglobalización, sobre todo desde Latinoamérica.
Es más, toda la atención se la lleva el casino financiero. La atención se centra en las crisis de las burbujas menores, como la inmobiliaria. Hay cierta ceguera hacia el gran globo de los casi 1000 trillones de dólares de los productos derivados (Derivatives: the unregulated global casino for banks). Pero hay otro apocalipsis que se acerca a gran velocidad. A partir de 2020 se empezara a sentir la escasez del petróleo. En un mundo en crisis financiera, con una baja inversión en Energías Renovables, el efecto será una colosal escasez de energía (ver El Fin del Mundo). Veremos los primeros efectos significativos del calentamiento global, y quizás algún primer desastre en zonas urbanas costeras, de la magnitud de la inundación de los Países Bajos en 1953. Los limites del expolio de la naturaleza se empezaran a sentir.
Es por ello que tomará algún tiempo para que el actual movimiento de "Indignados", o movimientos similares, den a luz un partido estructurado, o una unión electoral, con una visión consistente, y que lo empuje hasta la victoria parlamentaria. Cuanto más se tarde en crear un movimiento en torno a una ideología común, mas fuerzas se desgastarán en protestas de resistencia que no se pueden capitalizar en nada.
La composición social de la protesta va a cambiar. De un perfil medio de jóvenes con buen nivel de educación, que cuentan con apoyo social, de la primera ola de manifestantes, de una juventud que ha perdido el futuro, pero tiene los medios para sobrevivir, el centro de gravedad de las protestas se moverá hacia las víctimas más graves de la crisis, los más pobres, los menos educados, a los desempleados mayores sin esperanza, a las familias sin un solo empleo, sin ingresos, sin apoyo, sin cobijo, a familias en que los niños pueden sufrir de hambre. En Grecia, muchos niños solo comen en el colegio. Aquí, ya están recortando los comedores escolares por la que va a venir. Pasamos de "indignados" a "desesperados".
Tenemos a la vuelta de la esquina un Tsunami de desesperados sin prestaciones. La primera oleada de desempleados con prestaciones agotadas ha sido amortiguada por la economía sumergida y la economía familiar. En los próximos 24 meses se nos viene encima un tsunami de entre 1 a 2 millones de parados sin prestaciones y sin colchón social. Muy pronto, empezaremos a ver en España las escenas que se están viendo en Grecia (Grecia, de la desesperación, a la acción solidaria).

Esto va a suponer una sacudida brutal a todos los planteamientos del movimiento. La frase de los mineros de “nosotros no somos el 15M”, es una frase que nos debe hacer meditar en profundidad, y un anuncio de lo que está por venir. No es ni mucho menos una balandronada.
Cuando la desesperación alcance a millones de personas arrojadas a la miseria, el movimiento tendrá muy difícil mantenerse pacífico. El ejemplo de un desempleado desesperado llamando a una radio española (Luis del Olmo escucha un oyente desesperado por la crisis), representará en breve el estado de ánimo millones de personas. Los disturbios que hemos visto en Grecia (Greece riots: Athens burns, police fire tear gas as violence flares up), se pueden quedar pálidos con lo que puede suceder aquí.

Los desesperados son un flanco fácil para las tácticas de la creación de guerras entre los pobres: los inmigrantes en contra de los nativos, los varones en contra de la mujer, musulmanes y cristianos, empleados y desempleados, los trabajos limpios y trabajos contaminantes. Son una llama fácil ante provocaciones. Hemos visto cómo la degradación social viene junto con la participación en las mafias de la droga y el robo. Fácilmente se deslizaran al margen de la ley para encontrar los medios de supervivencia, incurriendo en una incriminación sistemática que los incapacite en sus derechos cívicos en forma individual o colectiva.
Esta explosión inevitable en términos violentos, o en medios de supervivencia fuera de la ley, pone en riesgo la legitimidad del movimiento, hace que sea mucho más vulnerable a la propaganda y la represión, y hará el avance hacia el Parlamento mucho más difícil. En presencia de la violencia, los votos de muchas capas del 99% se volverán hacia los socialdemócratas e incluso la derecha.
Para estos desesperados, el debate político ocupa el segundo lugar. Un nivel más bajo educativo facilita también reacciones más primitivas. Primero vienen las soluciones de hoy. Comer hoy, mañana Dios dirá. Si hoy no hay pan, lo que queda es expresar la rabia, saltarse la ley, suicidarse.
El movimiento no puede crecer y consolidarse poniendo por escrito los cambios que tendrían que ser aplicados por las autoridades, como un movimiento de protesta exigiendo a las autoridades a hacer los cambios, con la esperanza de convencer a la mayoría a votar un tal programa electoral. Esto puede ayudar en la creación de un consenso en torno a un número limitado de propuestas, una especie de proyecto de programa de gobierno. Pero difícilmente se convertirá en masivo, mucho menos en presencia de inestabilidad, delincuencia o violencia. El riesgo es luchar olvidando los desesperados.

Cuando el número de desesperados en la miseria alcance millones, hay pocas esperanzas de que el movimiento puede crecer lo suficientemente grande, fuerte y consistente, y ser capaz de pasar el pantano de todas las trampas de los partidos de izquierda tradicionales, hasta llegar a una representación parlamentaria suficiente, en forma pacífica. Mucho antes, los dueños de los casinos financieros arrojarán grandes cantidades de dinero e influencia en la provocación y en los movimientos fascistas. Las expresiones de ira de los desesperados proporcionaran la excusa. El resurgir del fascismo en Grecia y Francia es la trompeta que anuncia una repetición del camino hacia el III Reich. Como último recurso, los llamados gobiernos democráticos se encargaran de dar cobertura legal al terror de masas.
 

Islas de economia alternativa

En cambio, el movimiento tiene que ganar impulso y ganar credibilidad mediante el apoyo de facto, la ayuda, la solidaridad, las soluciones, para los "desesperados" precisamente por los medios previstos para la nueva economía. En Grecia, los votantes de la derecha dicen que votaban entre “un ladrón” y “un loco”. Para vencer ese miedo, los textos, las promesas, los discursos, no valen. Hay que demostrar, antes, que las propuestas no son una locura.
Tiene que crecer proporcionando mecanismos de apoyo en islas de solidaridad donde la economía alternativa demuestre su utilidad. Tiene que crecer creando una demostración a gran escala del funcionamiento de las nuevas propuestas que sea difícil de atacar, sin causar, por un lado, la revuelta de los desesperados (la destrucción de sus últimos, todavía legales, medios de subsistencia) y el riesgo de una pérdida total de legitimidad en la inmensa mayoría de la población. Cualquier ataque a las islas de nueva economía de los desesperados tiene que ser percibido por la inmensa mayoría del 99% como un ataque totalmente ilegítimo e injusto. Los servicios de salud, alimentos para niños, refugio para personas sin hogar, voluntariado en obras civiles, y soluciones alternativas en todas las áreas donde los servicios sociales han sido recortados en el presupuesto, son difíciles de atacar sin provocar la última gota de irritación haciendo que la revuelta explote.
Este es el gran desafío y el radical mecanismo de filtrado para las propuestas de la nueva economía. Se acabaron los trabajos académicos. El tiempo terminó. Es ahora o nunca. Esta es el laboratorio de test en condiciones de prueba extrema en el que las nuevas ideas tienen que demostrar su impacto.
El rol de los sindicatos
Esto no es nuevo. Históricamente, en tiempos de Rosa Luxemburgo, el movimiento obrero y los sindicatos organizaban mucho más que la negociación colectiva de los contratos laborales en el marco de la economía capitalista (Old times Trade Unions parallel social economy). Cabe la duda de si los sindicatos ya están en situación de volver a hacerlo, sobre todo si su único referente ideológico es el empleo en este sistema. Son excepción las instituciones sindicales con una visión de un alcance algo mayor (the Global Labour Institute). Lo que no cabe duda es que ese camino de hace 200 años habrá que volver a recorrerlo, en vista del desmontaje del estado de bienestar.
Cada barrio una isla, gobernada por la asamblea del barrio
Estas islas tienen que convencer a los que pertenecen al 99%, pero siguen viviendo en el sistema y votar a la izquierda conservadora, que la transición puede ser una transición útil, y pacífica y segura. Tienen que votar lo que ya están viendo como funciona. Este será el momento en que la votación conservadora se puede revertir totalmente, el momento de tomar la acción parlamentaria.
Este artículo de Al Jazeera, recogido en La Informacion, nos cuenta uno de los movimientos que son el secreto que se esconde detrás del 29% de votos de SYRIZA:
En Grecia, mientras la economía se contraía poco a poco entre 2009 y 2011, los precios iban subiendo. Este aumento, sumado a la caída de los ingresos, se mezcló en una coctelera explosiva hasta reventar.
Pero ahora, cada vez más recelosos de sus políticos, los ciudadanos son los que están tratando de salir del abismo como pueden. El activismo de base está triunfando con logros tan mesurables como un saco de patatas. ¿Patatas?
En el mes de abril la Autoridad Helénica de Estadísticas (ELSTAT) informó de una sorprendente caída en los precios de los tubérculos en marzo del año pasado. ¿La razón para esta deflación histórica? La revolución ciudadana de la patata.

Este movimiento comenzó a gestarse cuando una serie de agricultores de Nevrokopi tuvieron una idea para protestar contra las importaciones de tubérculo egipcio: distribuir gratis toneladas de patatas en el centro de Salónica.
Después, llegó todo lo demás.
El Grupo de Acción de Voluntariado de la Prefectura de Pieria les invitó a vender sus patatas al por mayor. El 19 de febrero se organizó una venta de patatas a 25 centavos el kilo, un tercio de su precio en el mercado.
El movimiento se extendió a la Universidad Aristóteles de Tesalónica, donde un profesor de marketing agrícola organizó una venta de patatas en el campus. Vendió 50 toneladas.
Ahora, la revolución ha saltado las patatas y se organizan ventas regulares de más alimentos baratos como aceite de oliva, harina, arroz o miel. Incluso en Atenas.
Pero más allá, muchos señalan que la mayor contribución del movimiento a la cultura griega sumida en la crisis es su capacidad de fomentar el espíritu del “querer es poder”. “Esto sucede todos los días. Ven este movimiento como algo muy esperanzador”, declara un ciudadano llamado Tsolakidis.

“Podemos movilizar a más gente que cualquier otra persona”, dice Tsolakidis a Al Jazeera. “Recibimos alrededor de 5.500 pedidos de cada venta de productos, lo que representa alrededor de 45.000 personas, o el 55% de la población de nuestra ciudad... Las reuniones políticas tienen suerte si consiguen 50 personas”.
La patata ha dado un nuevo énfasis al poder individual. Y puede que, aunque ahora limitados al ámbito local, sus valores de independencia y servicio calen algún día en lo más alto del poder público en Grecia.
Tiene que dejarse en manos de la creatividad del movimiento encontrar cuales mecanismos de economía alternativa son los que hay que implementar. En todo caso, tenemos miles de propuestas, en papel, páginas web, etc. Mucho de esto tomará forma de solidaridad filantrópica. Sin embargo, gran parte también estará sobre la configuración de nuevos esquemas comerciales alternativos. Lo importante es que haga frente a las necesidades apremiantes de los desesperados. Algunos ejemplos son el apoyo a las personas que pierden sus casas por no poder pagar las hipotecas, el pago de los servicios públicos, de voluntariado, o sistemas de trueque, o muchos otros.
Antonis Davanellos, Syriza (http://www.vientosur.info/spip/spip.php?article6952)
El tercer elemento que quiero mencionar es que, en estas circunstancias, la organización de la población se refuerza y se extiende. Y no hablo sólo de las organizaciones políticas.
La izquierda impulsó comités de base al inicio de las movilizaciones. Los que más éxito cosecharon fueron los comités "¡Yo no pago!", compuestos por aquella gente que rechaza pagar los impuestos (sobre la vivienda, vinculados a la electricidad…), los peajes de la autopista de Atenas a Salónica… La campaña ha sido todo un éxito y en torno a estos comités se han construido otras campañas.
Esto no fue más que el comienzo. Tras el incremento del movimiento de ocupación de los espacios públicos durante el último año, hemos creado lo que llamamos "asambleas populares", que se reúnen en los barrios. Es una iniciativa muy importante. Al principio sólo estaban impulsadas por Syriza, Antarsya y algunos anarquistas. Ahora tienen un peso considerable. La gente de un barrio se reúne una vez por semana y discuten sobre qué hacer o de las necesidad del barrio o de cómo responder a los fascistas (los neonazis de Alba Dorada que agreden a la gente inmigrante) y otras cuestiones.
Consolidacion de una economia
Todas estas acciones están siendo implementadas de momento en sistemas no conectados. Estamos en los comienzos de una coordinación de estos movimientos (Portal de Economía Solidaria). Movimientos como Marea Roja 9 tienen un posicionamiento muy prometedor hacia los desempleados. Sin embargo, todavía no se platean circuitos económicos cerrados. Cada iniciativa es como un barquito navegando en el océano del sistema monetario del euro, de la Banca de Reserva Fraccional.
En muchos casos, como en las acciones de solidaridad o de voluntariado, se volatilizan en el momento que la acción finaliza o se termina el servicio de voluntariado. Su valor ni se contabiliza (Fundación Haz Lo Posible). Tendrían que dejar un depósito que pueda ser capitalizado, un activo de la nueva economía. Este depósito tiene que ser activos de conocimiento en las maneras de hacer las cosas. Estas vías se fijan en forma de circuitos de mercado en la nueva economía solidaria. Estas carreteras se construyen como circuitos para un nuevo dinero desesperado. Los bancos de tiempo están floreciendo por doquier, como sistema de trueque de servicios. Deberíamos pagar todo el trabajo del voluntariado, con moneda alternativa, para hacer circular la rueda de la nueva economía.
El volumen de la economía solidaria, de momento invisible, es un volumen nada deseñable:
Llegamos pues a unas cifras que dan para hacer mucho para l@s desemplead@s, precari@s o desperd@s. 6M€ al mes, en una concentración urbana de 1 millón de habitantes, con un 25% de paro, un 10% de ellos afiliados al programa de economía solidaria, estamos hablando de unos 250€ por afiliado. Es decir en acciones cuyos resultados se pueden palpar y significar una diferencia. Es un sistema escalable. Cuantos más afiliados, mas horas de trabajo en bancos de tiempo, en voluntariado, mas colección de excedentes. Todas las cifras las hemos dividido por el mismo coeficiente de afiliación, un 10%.
Sin embargo, el sistema monetario para la economía solidaria no es un sistema trivial que se pueda poner en marcha por agregación de sistemas monetarios comunitarios como bancos de tiempo, monedas de trueque u otros. Se debe diseñar como una parte de una visión completa de una Economía Alternativa (THE DESPERADOS ALTERNATIVE ECONOMY) porque debe llevar embebida la función redistributiva que deberá ejercer el futuro gobierno tras la Gran Transición. Debe llevar embebida la funcionalidad de las tasas, los impuestos capaces de financiar, entre otros, un embrión del salario básico ciudadano. Lo cual implica una aceptación de una autoridad de facto que coordina estos movimientos.
De hecho, poner en marcha este sistema sería el primer acto de poder, de doble poder, de contrapoder, de la coalición o partido que vaya a protagonizar el gran cambio. La experiencia sería extremadamente útil para hacer madurar las ideas y el consenso alrededor de la nueva constitución.
Proteccion cibernetica
Tan es así, que habrá que pensar desde antes de empezar a crear este contrapoder en su protección de los ataques furibundos que va a sufrir, desde legales hasta cibernéticos. Ya hemos vivido en Egipto y en Túnez el apagón de la Intenet (Internet Blackout in Egypt) por parte del dictador. Si tenemos conciencia de lo que realmente supone, no se debe de dar este paso sin dotarlo de infraestructuras distribuidas P2P (The Foundation for P2P Alternatives) y de seguridad que lo hagan invulnerable a ataques locales. Ya hay algunas propuestas como Commotion Wireless o Freedom Box. Nuestros queridos hackers ya deberían estar poniéndose las pilas.
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